Nos perdemos momentos de felicidad cuando inmersos en nuestros problemas dejamos de ver lo que nos rodea, esas pequeñas cosas de la vida cotidiana que nos pueden alegrar la vida.
Muchas veces solemos reprimir las emociones y esto nos suele sucede cuando por respeto o temor a los demás no manifestamos lo que somos y creemos.
Cuando nos contenemos de dar ese abrazo que sentimos internamente deberíamos dar alguna persona que nos conmovió y apreciamos.
Nos perdemos momentos de felicidad cuento inmersos en nuestros problemas dejamos de ver lo que nos rodea, esas pequeñas cosas de la vida cotidiana que nos pueden alegrar la vida.
Quizás sea el momento de valorar más lo que somos, la familia que tenemos, los seres que nos aprecian y este hermoso paraíso llamado tierra.
Nuestra alma tiene sed de eternidad, pero la eternidad amigos, es un continuo presente.
Hoy es el día; trata de ser feliz.
Publicado en libro de Néstor O Salgado